domingo, 1 de julio de 2012

" El pájaro rompe el cascarón. El cascarón es el mundo. Quien quiera nacer, tiene que destruir el mundo. El pájaro vuela hacia Dios. Dios es Abraxas".


Con esta cita extraída de la obra de Herman Hesse, "Demian", inicio mi exposición vinculándola con el sueño que tenido esta noche.
He investigado sobre que representaciones encontraba acerca con la metáfora planteada y como no, Salvador Dalí con su obra "Niño geopolítico observando el nacimiento del hombre nuevo (1943)



Otra aproximación simbólica a mi sueño la he encontrado, también, en un rodaje del mismo Dalí, de la cual sobran los comentarios.
Uno de los actos del sueño que he tenido esta noche es el siguiente:

Estoy con mi familia de origen, los cuales veo claramente, en una habitación oscura y vacía en un apartamento en primera línea de mar en una finca con jardín, árboles, flores y plantas.
Hay un gran terremoto, lo siento, yo estoy solo en el jardín y mi familia está dentro del apartamento. Corro asustado hacia dentro a encontrarme con mi familia. Ellos están muy tranquilos, pasivo y como en estado de coma, sin apenas reaccionar, sentados en el suelo y con sus espaldas apoyadas en la pared, en la sala de estar del apartamento que veo oscura y vacía. 
Les digo que nos vayamos ya que hay riesgo de tsunami. Miro hacia afuera y veo el mar agitado, gran movimiento de barcos y barquitas que se acercan a la costa y amarran en puertos marítimos. Hay peligro real que de que una gran ola llegue a la costa y nos inunde, matándonos a todos si no dejamos la finca en la que estamos.
Insisto en que nos vayamos. Yo estoy nervioso, me muevo rápidamente y con vitalidad en contraste con mi familia que apenas reaccionan.
Ellos me dicen que no se mueven, que se quedan. Apenas se mueven de su posición. Parecen muñecos inanimados. Yo tomo conciencia de que no puedo cargar con ellos y no quiero permanecer allí con el riesgo que corremos. 
Yo deseo vivir.
Así que salgo del apartamento, al jardín. Arranco mi coche y empiezo a maniobrar para salir, tomando una cuesta ascendente hacia la carretera y alejarme del lugar, dejando atrás a mi familia y su elección vital que no es la mía.

Tras este sueño he despertado espontáneamente con preguntas y más preguntas y con la necesidad de abordarlo en profundidad al cuestionarme mi modelo de familia, cómo esto entra en conflicto con mis deseos y necesidades y tomando conciencia de las consecuencias inevitables que puede tener para mí salir del huevo y volar.

Reciban un cordial saludo

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